
Leucemias: diagnóstico precoz para una mejor respuesta
Las leucemias son cánceres hematológicos que afectan la producción y maduración de los glóbulos blancos en la médula ósea. Aunque existen varios tipos, las más comunes son la leucemia linfoblástica aguda (LLA), más frecuente en niños, y la leucemia mieloide aguda (LMA) o la leucemia mieloide crónica (LMC) en adultos.
Este grupo de enfermedades ha tenido un avance extraordinario en diagnóstico y tratamiento en las últimas décadas. Las terapias dirigidas, inmunoterapia y los trasplantes de médula han mejorado significativamente la supervivencia, especialmente si se diagnostican a tiempo.
Los síntomas pueden ser inespecíficos: fiebre persistente, pérdida de peso sin causa aparente, fatiga extrema, sangrados frecuentes, infecciones recurrentes o aparición de ganglios inflamados. En niños, también puede haber dolor óseo o cojeras.
Un hemograma alterado, con aumento o disminución significativa de los leucocitos, anemia o plaquetas bajas, es motivo suficiente para derivar al hematólogo. A través de estudios más avanzados como el aspirado de médula ósea, citometría de flujo, cariotipo y estudios moleculares, se puede confirmar el tipo de leucemia y establecer el tratamiento más adecuado.
Gracias a los avances terapéuticos, muchos tipos de leucemia han pasado de ser enfermedades letales a crónicas controlables e incluso curables, especialmente cuando se actúa a tiempo.
El llamado es claro: el diagnóstico precoz salva vidas.
📚 Fuente: American Cancer Society, SEHH, Hospital Clínic de Barcelona, Leukemia & Lymphoma Society.