Investigación y formación: base para la excelencia en medicina familiar
El avance de la medicina familiar para 2025 se sustenta en la investigación aplicada y la formación continua de los profesionales. La incorporación de evidencias científicas en la práctica cotidiana permite personalizar los tratamientos, mejorar la eficiencia del gasto en salud y adaptarse a las características epidemiológicas de cada comunidad. Temas
como el perfil epidemiológico de niños en riesgo de rezago psicomotor reflejando la importancia de la vigilancia y la intervención temprana desde la consulta de medicina familiar.
El médico familiar debe estar actualizado en causas, signos y recomendaciones preventivas para enfermedades emergentes y crónicas. El desarrollo de habilidades de comunicación es clave para promover adherencia y educación en estilos de vida saludable. El compromiso con la ciencia es también un acto de responsabilidad ética social, que redunda en mejores resultados clínicos e impacto positivo en la sociedad.
El paciente se encuentra en su médico de familia no solo un sanador, sino un educador y aliado que lo acompaña a lo largo de su vida, fomentando prácticas de salud preventiva y un abordaje biopsicosocial.