Detectan hipertensión infantil con brazalete preciso y monitor de 24 horas

Imagina la presión arterial como un río que debe fluir tranquilo a través de las venas infantiles. Si el brazalete está mal calibrado, las lecturas pueden ser falsas debido al efecto de “bata blanca”. Para evitarlo, los pediatras utilizan esfigmomanómetros auscultatorios con un manguito que cubre dos tercios del brazo superior, midiendo en reposo durante tres visitas anuales a partir de los tres años. Se confirma la hipertensión solo si los valores superan el percentil 95 según edad, sexo y talla.

Cuando existe sospecha, se descartan falsos positivos mediante monitorización ambulatoria de presión arterial (MAPA) durante 24 horas, que registra las variaciones mientras el niño duerme, estudia o juega. Este procedimiento se aplica idealmente en mayores de cinco años y ofrece mediciones más reales.

Proceso simple y seguro

La medición debe realizarse en una consulta tranquila, con el niño sentado, los pies apoyados y cinco minutos de reposo previo. Se tomó tres lecturas y se promedian las dos últimas. Si la presión está elevada, se solicitan análisis de sangre y orina para revisar función renal y electrolitos, además de ecocardiograma y ecografía renal para buscar causas secundarias, como la estenosis (presente en hasta 30% de los casos en menores de seis años).

Este enfoque reduce los errores de diagnóstico en un 50%, permite iniciar a tiempo intervenciones no farmacológicas basadas en dieta y ejercicio, y logra normalizar la presión arterial en pocos meses, con una adherencia del 90% en los controles anuales. Así se previene el daño cardíaco sin necesidad de fármacos y se evita el accidente cerebrovascular infantil, poco común pero grave.

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Fuente: Guías AAP 2025.